Viernes de la k+g y los ludoripenses nos vamos aproximando al gran centro morado de la juventud. Comienzo con un filler de Knizia y doy la vuelta a la tortilla radicalmente con un Twilight Struggle que se decide a los puntos tras la décima ronda. Con las neuronas que nos quedan y una horita sobre la previsión, ambos contendientes nos sentamos delante del Coimbra junto a dos amigos que ya se habían mirado reglas y vídeos.
Mi primera impresión con los componentes es que el colorido no es lo que yo esperaba. Los tonos pastel hacen que todo sea de inicio un poco lioso, es como si no hubieran querido poner en el tablero de viaje o en el set de cada jugador unos colores concretos y definidos. Pero este verano he recorrido Portugal y la sensación “decadente” (sin ánimo peyorativo) me es familiar. Incluso en la ciudad de Coimbra, de cuyo escudo el juego toma las torres, la corona, los leones de orden de turno; y la forma de la ciudad, también con respecto al río. ¿¿Será un Euro temático??.

Pues no, es un euro de cubitos, recursos, compras, viajes, combos,… en definitiva, lo que los euros puros esperamos. Comienza la explicación y Luis “kick in five” (toma cuña publicitaria para su canal de Youtube) toma la voz cantante y comienza con la explicación. Las neuronas suben y bajan y mi “soviético” rival y yo bostezamos a la vez. La quema de neuronas es repetida, pero vemos algo que definitivamente nos va a gustar. Tiene pinta de ser duro por explicación, pero de tener un ritmo de juego bueno. Otro error esto en concreto.
Las mecánicas son de viajes, como mi amado Marco Polo, de conseguir personajes con ayudas, como el Lorenzo il Magnífico, de gestionar dados comunes como el Gran Austria Hotel, de apuntarse a objetivos que puntúan, subida en 4 tracks… si bien es cierto que las mecánicas ya eran bien conocidas y la combinación parecía que fluía, creo que hay mucho que explicar para lo que luego es el juego. Muy inclinada la línea de aprendizaje.
Sin embargo, es un juego que fluye (AP de primera partida asegurado, como te claves puedes colapsar) y que creo que puedo llegar a jugar muchas veces. En resumen, hay unos dados en cuatro colores más un comodín que se lanzan y en orden cada jugador coge uno (influye el número para el orden y puede que para el coste y el color para la recompensa que recibirás después) y lo coloca en el orden que corresponde en un espacio de cuatro. En el primero, ordenados de menor a mayor, podremos conseguir un castillito para toda la ronda, con recompensas inmediatas que aprovechar después en las compras o con descuentos para nuestras siguientes fases, además de un número de coronas. Los tres espacios restantes permiten comprar cartas de personaje. Estas cartas dan una subida inmediata en uno de los cuatro tracks de influencias (escudos y monedas para comprar, pasos donde viajar y conseguir recompensas y puntos de victoria directos, depende del color de la carta) y unos beneficios adicionales que pueden ser descuentos en futuras compras, puntos por requisitos a final de partida o más beneficios inmediatos, incluyendo meter el dedo en el ojo a los rivales con robos.
Tras la colocación, se resuelven en orden los castillos y las compras y en función de las coronas acumuladas por las losetas de castillo del primer espacio y la posición de la ronda anterior, se recalcula el nuevo orden de turno. Es tiempo ahora de recibir recompensas, que te las dan según el color del dado y el nivel alcanzado en el track de ese color. Como ya has cobrado, es tiempo de invertir, si quieres, en algún objetivo/puntuación de final de partida. Te dejará pelado de escudos/monedas para futuras compras? Pues habrá que calcular bien, porque sólo puedes acumular 20 de cada y vuelan. Realmente vuelan.
Tras cuatro rondas de juego, la partida se encamina hacia su final. Se cuentan las mayorias en nivel de cada track (han sido aleatorios como los beneficios de cada estación de peregrinaje en el mapa), los objetivos, los poderes de tus cartas, el nivel de coronas, escudos y puntos divididos entre dos,… una ensalada bien nutrida, vaya.

Comentario del juego tras dormir, que siempre se asientan los conocimientos: Pues es un buen juego, totalmente euro, algo repetitivo en tomas mecánicas ya existentes, pero inteligentemente combinadas y que seguro que de varios de vosotros se va a convertir en uno de vuestros favoritos. Si lográis que las reglas no se hagan duras como siempre consigue Luis para nosotros, puede que la primera partida sea una experiencia que nos guste y nos invite a seguir jugándolo como a mí, que ya vuelvo a tenerle ganas. Al haber muchos peces en el río, no es fácil, pero cae. Seguro que cae.
Como calificación global, lo recomiendo y le daría un 7 y pico, con perpectiva positiva (chupaos esa, agencias de calificación). Y hasta aquí la primera crónica. He preferido que sea con un juego de los recién salidos del horno, pero pronto veréis mi gusto por los clásicos. Eso si no me quitan la sección. Sed bienvenidos a “Juégate esto”.