Hola de nuevo, amigos del juego. Tenemos ante nosotros un juego que ha sido un bombazo en los entornos que frecuento y no me podía mantener impasible ante tal ola de Hype, por lo que me apunté a una partida en cuanto se sugirió y jugamos a 3 este interesante juego. Su creador, Vladimir Suchy, es casi un desconocido para mí. Sí que he jugado a su “Last Will”, un entretenido juego de arruinarte con rapidez sin muchas aspiraciones, y he oído (muy bien) hablar de Pulsar 2849, en la que me destacan su cuidada edición, lo que parece que aquí no ha coincidido.
Es Underwater Cities (en adelante, UC) un juego que tiende a compararse a Terraforming Mars (TM, pelotazo donde los haya) por el tema central que se refiere a una tierra en vías de agotarse y que busca, en las profundidades marinas o en el planeta rojo, hacer habitable otro lugar para los humanos. Su motor es de cartas también, pero tiene demasiadas diferencias que pretendo detallar según avanzo en las características del UC.

Nos encontramos con un tablero personal por jugador donde hay unos hitos propios, unas recompensas por edificación y varias cosas más (frente a un escaso tablero de puntuación del TM) más uno central donde se encuentran hitos comunes, cartas a comprar por el primero que llegue y las acciones principales que uno puede realizar y el resto, en general, no (el tablero central del TM es mucho más que esta interacción indirecta y da bonus por dónde construyes, el qué, qué casillas le quito a los demás, las recompensas por terraformación… otro juego, sin duda). Además, el motor de cartas nos da una gestión de mano en la que muy pronto veremos que no podemos llegar a todo, hay que seleccionar muy bien las acciones que vamos a bajarnos y que se activarán una vez en cada una de las tres eras o bien los beneficios inmediatos o eternos, además de que coincida con uno de los tres colores que se corresponden con los tres bloques de acciones posibles del tablero, porque si no hay coincidencia cromática, la carta no se activa (más simple que el complicado añade-cubos/flotadores del TM y sin la opción de draft de éste). Además, las escaseces también están presentes en el UC por medio de la limitación en el número de ciudades especiales, la fase de mantenimiento, si no te has generado un motor adecuado, la posibilidad de tratar químicamente nuestros dominios para que nos den una mejor recompensa de entrefases,… Todo un sudoku lúdico de esos que nos gustan y nos tienen entretenidos y en tensión nuestras buenas horas.
Las impresiones del juego han sido buenas. La interacción indirecta para ejecutar acciones o conseguir hitos y cartas es muy interesante, pero no vayáis a pensar que, en general, vamos a estar muy pendiente de lo que los demás necesiten. Hay que tener en cuenta que la coincidencia de color con las cartas que los rivales tengan en la mano puede condicionar su toma de decisiones en la elección de acción, por lo que tiene un aroma de solitario multijugador en varios aspectos (no en todos) que a alguno le puede no gustar. Pero es un buen juego que a cuatro jugadores crea una importante tensión por las acciones, que tiene las cartas tematizadas (cosa que pocos Euros pueden decir), que te hace cambiar de decisiones muy rápido por la presión sobre hitos y acciones, y que se disfruta cuando la gente es ágil en su respuesta.

La polémica de los componentes es tema aparte. Es verdad que trae bastantes cosas, pero ninguna de ellas es de especial calidad. De más a menos, las ciudades son semiesferas de plástico cumplidoras. Los tokens de recursos son cartoncillos suficientes (los de tres los hubiera cambiado de formato, pero me vale). Los plastiquitos de granjas y demás son muy coloridos, pero no debieron de pensar en que uno de sus cometidos es apilarse, así que se caen de vez en cuando. El material de cartas y tableros es sencillamente infame, no sólo podrían haberse puesto más serios con las cartas, que son el motor y van de mano en mano (parece estar diciendo “enfúndame”) sino que los microcartoncillos de infausto gramaje en que han impreso los tableros nos recuerdan a la peor Borgoña Feldiana, siendo el juego el doble de caro y el doble de solitario, que ya es decir. Hombre, que la idea es buena y estáis en un año donde la competencia es feroz por calidad, diferenciadme el producto…
Como resumen, es un juego que vais a disfrutar pero, en mi opinión, perderá más si os pensáis que estáis jugando un Terraforming Mars, porque es otra cosa diferente que a mí me gusta menos, pero sí que me ha gustado, entretenido y dejado con ganas de más partidas. Juégate el Underwater Cities porque está al nivel de los grandes juegos de este año, que ya es decir con lo que ha salido y lo que queda por catar.